Tráfico apuesta por radares de tramo para las carreteras convencionales gallegas

Iniciado por Dikxon, Jueves 18 de Octubre de 2018. 20:05 horas.

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Dikxon

Tráfico apuesta por radares de tramo para las carreteras convencionales gallegas

Si las previsiones se cumplen, es muy probable que a los dos radares de tramo de la A-8 puestos ayer en funcionamiento en el puente de Os Santos, entre Ribadeo y Castropol, y al de los túneles de Candeán, en Vigo, que operará a finales de mes, se les sumen pronto más radares del mismo tipo, aunque los próximos tendrán como objetivo preferente las carreteras convencionales. La idea de los responsables de Tráfico en Galicia es llevar los radares de tramo a esas carreteras gallegas en las que se producen el 85 % de los accidentes mortales.


En ese tipo de vías la velocidad tiene un elevado protagonismo en la accidentalidad grave y la experiencia con los dos que hay en Galicia en ese tipo de vías ha demostrado su eficacia. Son el de la N-525, en Ourense, y el de la N-550, en A Sionlla, cerca de Santiago. Fuentes de Tráfico indican que en esos dos tramos la siniestralidad ha descendido considerablemente. «Hay un antes y un después» en las zonas en las que se instalaron los radares de tramo, asegura María Victoria Gómez Dobarro, coordinadora de la DGT en Galicia. Lo mismo sucede en los puntos vigilados con ese tipo de radares en las vías de altas prestaciones, donde la velocidad media ha bajado de forma notable. Los expertos destacan que ese tipo de sistemas de control son más eficaces porque contribuyen a una conducción más calmada, ya que la vigilancia de la velocidad se extiende durante varios kilómetros. «En los lugares en los que se han instalado ha descendido la accidentalidad. Y, además, este tipo de controles son más justos con el conductor porque vigilan un tramo y no un solo punto de la carretera», asegura Gómez Dobarro.

En Galicia hay desde ayer nueve radares de tramo, los dos ya citados de las carreteras N-525 y N-550 y otros siete que controlan la velocidad media en autovías y autopistas. El primero de la red viaria gallega se instaló en enero del 2012 en la AP-9, en el túnel de O Sartego, entre Neda y Fene, en sentido Ferrol. Después vinieron los de la autovía A-8, a la altura del tramo de niebla de O Fiouco, uno en cada sentido; el de la AG-55, en Arteixo; el de la AG-64, en San Sadurniño, y desde ayer los dos del puente de Os Santos, en el límite de Galicia con Asturias.

El próximo radar de tramo que entrará en funcionamiento en Galicia es el de los túneles de Candeán, en Vigo, que lo hará a finales de este mes. Será el primero de ese tipo en la provincia de Pontevedra.

Los radares de tramo calculan la velocidad media entre dos puntos
Los radares de tramo controlan la velocidad durante uno o más kilómetros, como es el caso de los que hay en Galicia. Los expertos en seguridad vial consideran que este tipo de vigilancia es más eficaz que la que proporcionan los radares fijos tradicionales, que miden la velocidad en un solo punto. Los estudios de la DGT indican que la implantación de los radares de tramo ha contribuido a la reducción de la siniestralidad porque han conseguido reducir la velocidad media a la que se circula. Los radares de tramo calculan la velocidad media entre dos puntos. Una cámara de visión artificial capta la entrada del vehículo en el tramo y otra recoge la salida. Graban la matrícula y las horas de paso. El sistema calcula el tiempo que tarda el coche y averigua la velocidad media.

Velocidad bajo vigilancia fija y móvil en toda la red viaria gallega
La velocidad está entre las primeras causas de muerte en accidentes de tráfico en Galicia y en especial en las carreteras convencionales, donde son más frecuentes las salidas de vía, un tipo de accidente que la DGT relaciona con la velocidad inadecuada a la que se circula en determinados tramos de riesgo, como curvas o zonas pobladas. Por ese motivo, la velocidad es desde siempre uno de los objetivos de los responsables de la DGT, que insisten en que los controles se instalan en zonas en las que hay alta siniestralidad.

En Galicia hay alrededor de cuarenta radares fijos que se van distribuyendo por unos sesenta puntos de control que están situados en pórticos y en cabinas laterales. También están disponibles, pero aún no han empezado a operar, una docena de radares de nueva generación, previstos para las carreteras convencionales y que se colocan en una especie de bases que pueden ser trasladadas de carretera en función de las necesidades.

131 tramos controlados
Pero además de los radares fijos la DGT dispone de los radares móviles que gestiona la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Este tipo de dispositivos, que pueden instalarse en trípodes o en los coches patrulla, permiten establecer controles intensivos en zonas en las que se hayan detectado riesgos.

En la actualidad, los radares móviles de la Guardia Civil tienen a su cargo la vigilancia de 131 tramos de máximo riesgo. Los servicios técnicos examinan de manera periódica la evolución de la siniestralidad y en función de esos datos informan de los lugares en los que es necesario extremar la vigilancia de la velocidad con radares.

El pequeño Velolaser
Entre esos dispositivos de control de la velocidad destacan los pequeños radares Velolaser incorporados recientemente a las patrullas de la Guardia Civil. Su tamaño permite que puedan ser transportados en las motos y ser instalados en casi cualquier sitio, tanto en trípodes como en las biondas laterales de las carreteras.

Fuente.-https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/10/16/trafico-apuesta-radares-tramo-carreteras-convencionales-gallegas/0003_201810G16P6992.htm
Tened cuidado ahí fuera, os quiero a todos de vuelta...